Sin gracias

Hay días como hoy en los que realmente me siento enfadada con el mundo.

Y no es por nada importante, simplemente porque parece que a todo el mundo se le ha olvidado cómo dar las gracias por las cosas pequeñas.

En días como los que corren, en lo que no hacen más que llegarnos imágenes de desgracias, de gente que está perdiendo a su familia, todas sus cosas, sus vidas… seguimos sin ser capaces de dar las gracias por las cosas pequeñas que los demás hacen por nosotros, sin pedir nada a cambio, sólo eso, un simple gracias. Somos capaces de buscar el mínimo detalle que nos parece mal y recriminárselo al que sea antes que agradecer lo que sea que hayan hecho por nosotros.

Deberíamos dar las gracias cada mañana por seguir vivos, pero si ni eso hacemos, ¿cómo podemos dar gracias a la gente que tenemos cerca sólo por estar ahí?

Gracias por estar ahí.

Cosas que importan

Cosas que importan, que parece que mueven tu vida hacia delante o hacia atrás. Esas cosas que piensas que no olvidarás nunca.

Cosas como las risas hasta que se te saltan las lágrimas. Cosas como que a pesar de estar entre la más profunda tristeza alguien consigue sacarte una sonrisa.

Una cara, un momento, un olor, un beso, una mano en el brazo en el momento oportuno, una lágrima, un abrazo, una mirada, una copa, mi familia, un bar, un lugar, una época, un libro, unos zapatos, un amigo, una entrada, un anillo, una piedra…

Todo eso teje tu vida. Ahora entre todas esas cosas está que el festival de Glastonbury, donde han actuado o actuaran gentes como U2, Coldplay (creo que también Beyonce) no se celebrará en 2012 por falta de letrinas portátiles. Ya, ya se que no es un recuerdo imborrable, pero es que no se me va de la cabeza…..Molan mil.

Me conjunta...

Hoy en el metro he ido casi todo el viaje muy cerca de una mujer que realmente se ha tomado en serio el hecho de ir conjuntada, y ha elegido como color base el azul.

Así que iba en vaqueros, azules por supuesto, con zapatos azules, con una camisa blanca con volantes azules, y por encima un chaleco azul.

Además usaba gafas azules, maquillaje de ojos azul, pendientes azules, dos anillos enormes azules y una diadema, por supuesto con una flor azul.

Incluso llevaba una bufanda azul, un abrigo azul y un bolso... GRIS!!!! No lo entiendo.

¿Habrá querido ponerse una gota de color????

Dificultad

La verdad es que esto de escribir un blog es más complicado incluso de lo que parecía al principio. No sólo porque me hago un lío con todo el tema de la configuración (y pensar que en el trabajo creen que yo se de estas cosas...), sino que lo realmente complicado es escribir algo aunque sea una vez a la semana. Por lo tanto para que no se acabe el mes con una sola entrada, y viendo que la semana va a ser complicada, dejo esta perla taaaan interesante....

Feliz lunes!

Pesadilla en pregnant street...

Voy por la calle, caminando sin prisa, como siempre, y empiezo a notar algo raro a mi alrededor. Toda la gente que pasa por mi lado son mujeres.... embarazadas!!!!
Sí, es increíble pero todas están embarazadas, así que mi miro a mi misma por si acaso, pero no, sigo teniendo mi barriguilla habitual, pero sólo es grasa, no hay bebé dentro. Menos mal!
El problema es que ellas parece que no lo ven tan bien, y todas empiezan a mirarme mal, alguna incluso me ha dado un empujón al pasar... No lo entiendo, tampoco pasa nada por no estar embarazada, no?
De pronto he notado como han empezado a rodearme, yo intento andar más rápido, y no las quiero empujar a ver si les va a pasar algo y después de todo están embarazadas. Pero me estoy agobiando y asustando muchísmo, ¿por qué están tan cerca? ¿por qué me miran así? Están por todas partes, me tocan incluso al caminar ya no las puedo ni esquivar. Me rodean sus barrigas, sus bolsos, sus ojos fulminándome... Me han puesto la zancadilla! Estoy en el suelo intentando zafarme pero no se como hacerlo empiezan a tumbarse encima de mi, me aplastan, no puedo respirar, ni siquiera puedo gritar, aunque para que, todo el mundo es una mujer embarazada, y yo voy a morir aquí aplastada por docenas de ellas....
Noto como la presión desaparece de mi pecho, como el aire llega de nuevo a mis pulmones, abro los ojos, estoy sentada en un banco de la misma calle. Ellas siguen allí pero ya no me odian, puedo notarlo en sus ojos, en sus sonrisas, por algún extraño motivo ahora me consideran una de ellas.... Me pongo de pie, aunque con dificultad, parece que no me puedo mover bien. Me cuesta todo. Me pesa el cuerpo más que de costumbre. Me miro. ESTOY EMBARAZADA!!!! No se calcularlo muy bien, pero por lo menos estoy de siete meses, ¿cómo puede ser???? ¿Qué me han hecho????

PD: vale, no estoy embarazada, pero aquí al lado de casa hay un centro donde hacen el curso de preparación al parto, al que normalmente van mujeres entre embarazadas y muy embarazadas, y el otro día pasé por delante justo a la hora de la salida, y os aseguro que caminar entre 20 ó 30 mujeres embarazadas es una sensación muuuuuuuuuy extraña....

Qué cara es la caridad!

Ayer me convertí en mi abuela, o en mi madre, aún no lo tengo muy claro, aunque sólo durante un rato.
Fuimos al cine, y al ver el precio de las entradas automáticamente me salió la frase de siempre: "¿Te acuerdas de cuando no pagábamos ni 500 pelas para entrar?", pues eso, que ni mi madre ni mi abuela lo hubieran hecho mejor.
Lo peor vino cuando justo antes de entrar un hombre nos pidió dinero. Es el mendigo habitual de la puerta del cine (lo se porque la semana pasada también fuimos y estaba allí, y no es que ahora nos haya dado por ir de nuevo al cine cada dos por tres, no, es que nuestro banco en no se que rollo promoción nos ha regalado las entradas y allí estábamos nosotros aprovechándolas dos semanas seguidas, porque para variar, las tenemos desde hace dos meses y nos las habíamos usado y caducan en dos semanas). Pues eso, que allí estaba nuestro mendigo en su tarde de trabajo, porque de eso se trata, con su cara de pena ensayada, sus ojos de pena, su boca de pena y, por supuesto, su frase, su gran frase de pena, para que a ti te remordiese la conciencia por gastarte tanto dinero en ir al cine y tu conciencia te obligase a darle a él el resto de lo que lleves para compensar.
Y su gran frase fue: "¿Me das un euro?" U euro!!!!!! Pero bueno, sí que ha subido la vida sí......